Dormir ha dejado de ser un acto natural en respuesta a la necesidad del organismo, para convertirse en un hecho modificable de acuerdo a las insuficiencias sociales o laborales de la sociedad.
El ser humano deber?a pasar alrededor de un tercio de su vida durmiendo, pero los cient?ficos posaron sus ojos en la importancia del sue?o reci?n el siglo pasado, quiz?s porque a partir de las exigencias de la industrializaci?n, la sociedad comenz? a priorizar el trabajo sobre el dormir y por ende sobre la salud.
Se sabe que las personas necesitan dormir porque es una forma de recargar el cerebro, lo que conocemos como neuroplasticidad cerebral; ayuda a reorganizarnos, a encontrar soluciones a nuestros problemas, procesar informaci?n aprendida, organizar y archivar recuerdos, a crecer, durante el sue?o se baja la tasa metab?lica y el consumo de energ?a, reparamos estructuras de nuestro cuerpo gracias a los ritmos biol?gicos, durante la noche se liberan hormonas como la de crecimiento que fortalece nuestro desarrollo en general y nuestro cerebro en especial.
El sue?o se estructura con varias etapas siendo todas y cada una de ellas imprescindibles para obtener una ?ptima calidad del dormir, lo que permitir? ?ptimos resultados en nuestra producci?n vigil, tanto en ni?os y adolescentes en cuanto a su aprendizaje escolar y estabilidad conductual, como en adultos con respecto a su productividad laboral y tambi?n en las ?reas cognitivas.
Especialmente la secuencia de estas etapas garantiza apariciones de sue?o REM cada vez m?s largos durante la noche; creemos que so?amos por espacios fugaces cuando en realidad lo hacemos por varios minutos, 45 y hasta 60 minutos en los ?ltimos per?odos de la noche; los porcentajes del sue?o REM van de un 70% en los reci?n nacidos, 50% en los ni?os y va disminuyendo con la edad, hasta alcanzar el 20% de sue?o total en adultos, y se reduce en los ancianos.
Este per?odo de sue?o, el sue?o REM, est? ligado al aprendizaje y la memoria. Por otro lado, la cantidad de sue?o REM de una persona puede depender de factores como g?nero, estado civil y laboral, niveles de estr?s y capacidad resiliente.
La necedidad de las industrias de producir, sin «p?rdidas de tiempo», las 24 horas del d?a, a trav?s de turnos rotatorios y, la indiscriminada convicci?n que el rendimiento monetario est? sobre el rendimiento psico-f?sico del trabajador, hacen de este un elemento desechable cuando se establece en ?l el desequilibrio de su salud.
Sin lugar a dudas, ir en contra de los ritmos biol?gicos naturales deja un costo en la salud del trabajador, de caracter?sticas silentes en su comienzo y bien manifiestas a mediano plazo; los turnos actuales de rotaci?n, en los diversos trabajo,s no garantizan recuperaci?n del sue?o perdido y adem?s, no se asientan sobre bases biol?gicas y cient?ficas comprobables que los sustenten.
La consecuencia segura es el des?rden de la salud.
En la Argentina, no hay pol?ticas preventivas que eval?en el costo-beneficio de estos turnos rotatorios, con respecto al ausentismo, gasto en salud y morbilidad del trabajador; y lo que es peor no hay conciencia, de la clase gobernante ni de la poblaci?n, de las consecuencias posibles y graves de un trabajador mal dormido, el ejemplo claro lo tenemos cada d?a en nuestras rutas con los accidentes de colectivos, y aumento en el porcentajes de siniestros, por choferes exigidos y mal dormidos.
En cuanto a ni?os y adolescentes, las tendencias sociales han ido induciendo a esta franja poblacional, de manera sistem?tica y a lo largo de varias d?cadas, al uso de la noche como tiempo de diversi?n o de estudio, vali?ndose de la naturaleza propia de esta edad de demorar su inicio de sue?o, ya que la tendencia del adolescente en retrasar su fase de inicio.
Los cambios de h?bitos en el sue?o, sumado a otros como la alimentaci?n, son conductas que se retro-alimentan generando enfermedad; por ejemplo es conocido, por todos, la tendencia mundial hacia la obesidad, sindrome metab?lico y diabetes, pago que la sociedad hace por el confort excesivo y la desobediencia a las leyes naturales, es el costo al sedentarismo, alta ingesta de comida chatarra, abuso de bebidas carbonatadas y alcohol, con el consiguiente decline hep?tico-pancre?tico.
El sue?ocomo el comer, son actos biol?gicos que adem?s de ser esenciales, son actos aprendidos y sociales, el adolescente come y se va a dormir siguiendo los h?bitos que cada n?cleo permite o estila en su vida familiar, en consecuencia, h?bitos nocturnos conducen a j?venes noct?mbulos; dietas hipergrasa e hipergluc?dicas conducen a j?venes obesos y diab?ticos.
Si a esto se agregan mandatos sociales de abuso de sustancias, desde tabaco, alcohol y otros, las dependencias juegan un rol superior en la velocidad de aparici?n del desequilibrio de la salud.
Y, los des?rdenes del dormir desenbocan, tarde o temprano en una compleja patolog?a, tomada por muchos como s?ntoma, llamado INSOMNIO.
El insomnio es uno de los trastornos del sue?o m?s frecuentes que impide la recuperaci?n que nuestro cuerpo necesita durante el descanso nocturno.
Existen diferentes tipos: dificultad en iniciar el sue?o, imposibilidad de mantenerlo, despertares tempranos, sue?o inadecuado y pobre calidad de sue?o. La prevalencia del insomnio es del 35%, siendo severa en 10 al 15% de los casos.
En la Argentina, la mitad de los pacientes estudiados por apneas de sue?o y/o ronquidos, obesos, hipertensos, o con reflujo gastro-esof?gico, tiene insomnio.
Cuando el insomnio se presenta junto con alguna de las patolog?as mencionadas, aumentan los problemas psiqui?tricos y s?ntomas cognitivos-emocionales; estamos hablando de trastornos del aprendizaje en j?venes, disatentos, fracasos estudiantiles en cualquier nivel desde el primario al universitario; nunca como ahora se reciben el la consulta ni?os con trastornos de ansiedad e insomnio, ataques de p?nico en estudiantes universitarios que no asimilan la presi?n que impone una carrera terciaria, lo que en otros tiempos era, para el com?n de los argentinos, una etapa l?gica del desarrollo intelectual de nuestros j?venes, hoy se vive como una carga f?sica.
El 51% de los adultos reportan s?ntomas de insomnio varias noches a la semana y el 29% refieren insomnio todas o casi todas las noches, esto trae aparejado aumento del gasto en las ?reas de salud (obras sociales y hospitales p?blicos con demandas saturadas), disminuci?n en la productividad laboral y aumento en el ausentismo laboral, porque el insomnio nunca existe solo.
Todo lo expresado hasta ahora conduce a una pregunta: ?Quienes est?n en riesgo de sufrir insomnio?, y la respuesta es simple: todo aquel que pretenda inclinar la delicada balanza biol?gica para cualquiera de los lados, perdiendo el equilibrio.
El conociemiento ha sido liberador a lo largo nuestra historia, haciendo evolucionar la civilizaci?n hasta este punto; es importante detenernos a pensar que futuro queremos, los cient?ficos nos informan sus descubrimientos y como usarlos en nuestro beneficio, por otro lado la sociedad consumista nos insta a transitar caminos opuestos a trav?s de modas y conductas lejanas a la salud, la desici?n es nuestra.
Al viejo dicho: «la naturaleza es sabia»? pretendemos superarla con la moda de turno?, noche , alcohol, drogas y delito?
Creo necesario buscar el equilibrio, el conocimiento, la salud y el ?rden, s?lo as? las sociedades crecen.
En el d?a de la salud, m?s all? de decretarle un d?a especial en nuestro calendario, les propongo un momento para pensarla y honrarla, ya que as? nos honramos a nosotros mismos.