Las neuronas se desarrollan a partir de un patr?n gen?tico moldeado por las exigencias y los est?mulos del entorno.
Por Facundo ManesEl curso din?mico del desarrollo del cerebro resulta uno de los aspectos m?s fascinantes de la condici?n humana ya que conjuga la gen?tica y la interacci?n con el entorno. El cerebro de un reci?n nacido es s?lo un cuarto del tama?o del de un adulto y, en todo el transcurso de su infancia, experimentar? un crecimiento intensivo y masivo de neuronas. Pero ese fen?meno eminentemente biol?gico estar? condicionado por la experiencia, ya que ser? ?sta la que gu?e qu? conexiones neuronales se preservar?n y qu? conexiones se van a eliminar.
Las primeras ?reas cerebrales en madurar son las m?s b?sicas, relacionadas con la informaci?n visual o con el control motor de los movimientos. M?s tarde se desarrollan otras, como el lenguaje y la orientaci?n espacial. Las ?ltimas ?reas, que maduran reci?n entre la segunda y la tercera d?cada de la vida, son las que est?n ubicadas en la zona frontal. Estos datos nos permiten comprender que en el cerebro del ni?o e, inclusive, en el del adolescente, las ?reas involucradas en la inhibici?n del impulso, en la toma de decisiones, en la planificaci?n y en la flexibilidad cognitiva o intelectual, a?n est?n en proceso de maduraci?n.
La comprensi?n de fen?menos de la biolog?a del cerebro en desarrollo permite abordar problem?ticas clave para el aprendizaje.
Todas estas evidencias que surgen de las investigaciones neurocient?ficas sobre c?mo el cerebro se desarrolla y aprende tienen el potencial de generar un gran impacto en la pr?ctica educativa. La comprensi?n de fen?menos de la biolog?a del cerebro en desarrollo permite abordar problem?ticas clave para el aprendizaje, tales como la memoria, la atenci?n, la alfabetizaci?n, la comprensi?n de textos, el c?lculo, el sue?o, la noci?n de inteligencia, la interacci?n social, c?mo es el impacto emocional e, incluso, qu? rol juega la motivaci?n. Tambi?n existen datos comprobables de c?mo el cerebro procesa la informaci?n nueva a lo largo de la vida, sobre rol de la imitaci?n, del necesario tiempo de descanso cerebral para el asentamiento del conocimiento, de la relevancia de la correcci?n de errores, de la ayuda de la tarea dirigida y de la importancia del rol activo y fundamental del docente. Diversos hallazgos neurocient?ficos han demostrado que la interacci?n con otros humanos resulta central para el aprendizaje de los ni?os y los adolescentes. Es en el cruce de diferentes disciplinas donde se logran los mayores conocimientos y las m?s eficaces pr?cticas.
Es importante comprender que las neuronas se desarrollan a partir de un patr?n gen?tico din?mico moldeado por las exigencias y los est?mulos del entorno. Imaginemos, por ejemplo, a un violinista. Mueve los dedos de la mano izquierda de manera intensa y precisa para ejecutar eficazmente su instrumento. El ?rea del cerebro encargada del control motor elabora, para esto, mayor cantidad de conexiones neuronales. Esas conexiones permiten que el violinista mejore la destreza con el viol?n, y esos est?mulos, a su vez, generan nuevas conexiones. Esto quiere decir que estamos frente a un sistema que se retroalimenta y produce, en este caso, un c?rculo virtuoso. Y, como contrapartida, frente a la carencia de est?mulos, un c?rculo vicioso. Si un chico no recibe suficiente estimulaci?n intelectual, las v?as o circuitos neuronales que tienen que eliminarse, no se eliminan, y las v?as o circuitos neuronales que tienen que quedar, no Es importante comprender que las neuronas se desarrollan a partir de un patr?n gen?tico din?mico moldeado por las exigencias y los est?mulos del entorno. Imaginemos, por ejemplo, a un violinista. Mueve los dedos de la mano izquierda de manera intensa y precisa para ejecutar eficazmente su instrumento. El ?rea del cerebro encargada del control motor elabora, para esto, mayor cantidad de conexiones neuronales. Esas conexiones permiten que el violinista mejore la destreza con el viol?n, y esos est?mulos, a su vez, generan nuevas conexiones. Esto quiere decir que estamos frente a un sistema que se retroalimenta y produce, en este caso, un c?rculo virtuoso. Y, como contrapartida, frente a la carencia de est?mulos, un c?rculo vicioso. Si un chico no recibe suficiente estimulaci?n intelectual, las v?as o circuitos neuronales que tienen que eliminarse, no se eliminan, y las v?as o circuitos neuronales que tienen que quedar, no quedan.
La relaci?n entre las neurociencias y la educaci?n puede dar lugar a una transformaci?n de las estrategias educacionales que permitir?n dise?ar nuevas pol?ticas educativas y programas para la optimizaci?n de los aprendizajes. As? muchas preguntas sobre la pol?tica educacional pueden ser nuevamente abordadas: ?Cu?l es la mejor edad para iniciar la educaci?n formal? ?Existe una edad cr?tica m?s all? de la cual resulta m?s complejo alcanzar el alfabetismo? ?Por qu? algunos ni?os aprenden m?s f?cilmente que otros? Las neurociencias pueden contribuir a la b?squeda de estas respuestas y los educadores no deben temer sus aportes, ya que muchos de ?stos seguramente ampl?an e, incluso, respaldan sus saberes y pr?cticas cotidianas de la ense?anza. Asimismo, los neurocient?ficos deben trabajar de manera mancomunada con los docentes, ya que son ellos quienes mejor conocen la realidad del aula.
Si un chico no recibe suficiente estimulaci?n intelectual, las v?as neuronales que tienen que eliminarse, no se eliminan, y las v?as neuronales que tienen que quedar, no quedan.
Pero cualquier estimulaci?n y programa educativo, incluso los m?s innovadores y sofisticados, requieren de una condici?n a?n m?s primaria para el eficaz desenvolvimiento de los cerebros que se forman. Ambiciosas propuestas educativas personales, ?ulicas o comunitarias fallan no por cuestiones cualitativas de esas experiencias, sino por la mala alimentaci?n. La carencia nutricional produce un impacto tremendamente negativo en el desarrollo neuronal de los ni?os y los adolescentes. La desnutrici?n y la malnutrici?n est?n asociadas a alteraciones en la actividad de neurotransmisores, las sustancias qu?micas que median la comunicaci?n entre una neurona y otra. El efecto nocivo se vuelve may?sculo cuando la insuficiencia se da principalmente por una ingesta paup?rrima de distintos nutrientes como prote?nas, zinc, ?cidos grasos esenciales y hierro. Resulta extremo el ejemplo, pero vale la pena como demostraci?n cabal de lo que decimos: en estudios m?dicos de ni?os que murieron por desnutrici?n, se hallaron un n?mero considerablemente disminuido de neuronas.
La reconocida neurocient?fica de la Universidad de Pensilvania Martha Farah estudi? el impacto de estas carencias en el cerebro en desarrollo. Sus estudios pudieron arribar a conclusiones sobre los efectos negativos que produce una pobre nutrici?n, la exposici?n a toxinas del medio ambiente o cuidados prenatales inadecuados. Pero uno de los elementos m?s relevantes de sus estudios tuvo que ver con el grado de reversibilidad de estas condiciones. El cerebro es pl?stico y tiene la capacidad de cambio, por lo que se debe comprender que la necesidad de los adecuados est?mulos, alimentaci?n y contenci?n afectiva es urgente y, aunque el tiempo haya pasado, siempre ser? favorable la intervenci?n.
El cerebro es un ?rgano lo suficientemente h?bil y flexible para adaptarse a un destino m?s conveniente, es decir, m?s feliz
Una investigaci?n esclarecedora sobre esta capacidad de cambio del cerebro lo llevaron adelante cient?ficos de la universidad de Londres a partir del a?o 1989, cuando estudiaron el caso de chicos hu?rfanos que hab?an estado en los orfanatos de la Rumania de Ceaucescu. Hacia fines de la d?cada del 80, se calcula que entre 65.000 y 100.000 ni?os viv?an en orfanatos. Los ni?os pasaban hasta 20 horas por d?as sin atenci?n. A partir de la ca?da del dictador, vastas campa?as fueron impulsadas para que familias de todo el mundo adoptaran a estos ni?os. Al momento de ser adoptados, los ni?os mostraban severos d?ficits de aprendizaje y exhib?an alteraciones marcadas de su conducta. Cuando las familias adoptantes supieron brindarle una dieta adecuada, un hogar confortable en lo afectivo y una educaci?n acorde, muchos ni?os mostraron una gran mejor?a. Estos resultados permitieron comprobar que siempre, en mayor o menor grado, el est?mulo positivo favorece a la condici?n. El cerebro es un ?rgano lo suficientemente h?bil y flexible para adaptarse a un destino m?s conveniente, es decir, m?s feliz.
La familia, las instituciones, la peque?a comunidad y la sociedad organizada en Estados son los responsables del desarrollo de ni?os y adolescentes. ?Qu? sentido tienen estas peque?as comunidades o una sociedad que se organiza en inmensas estructuras burocr?ticas sino es que ese destino de realizaci?n plena y felicidad sea posible? ?Qu? otra inversi?n p?blica para nuestros Estados puede ser m?s prioritaria que alimentar, curar y educar a un cerebro que est? en desarrollo? Esos ni?os y adolescentes deben ser los verdaderos privilegiados porque as? lo requiere el orden de la naturaleza y la cultura, y porque ser?n los que se volver?n grandes y trazar?n con sus manos los nuevos destinos propios, los de sus comunidades, los de nuestra sociedad.
Fuente: Intramed, 17 agosto 2012